José Luis Rodríguez Zapatero quiso dar un vuelco al panorama televisivo español: cuando apenas llevaba un año en La Moncloa, permitió a Prisa utilizar la frecuencia de Canal Plus en abierto —Cuatro— y, poco después, concedió una nueva licencia al consorcio formado, fundamentalmente, por la mexicana Televisa, el Grupo Árbol (Globomedia) de Emilio Aragón y el grupo catalán Mediapro —laSexta—. Con este movimiento, el leonés hacía un guiño al gigante alumbrado por Polanco y, al mismo tiempo, le lanzaba una advertencia muy clara: él no era Felipe González. Su nuevo socialismo necesitaba también un nuevo grupo mediático progresista y el elegido era Mediapro de Jaume Roures, amigo del primer secretario de Estado de Comunicación de Zapatero, Miguel Barroso, y de su pareja, Carme Chacón.
Las emisiones regulares de laSexta comenzaron el lunes 27 de marzo de 2006 en presencia del presidente de la Generalitat de Cataluña, José Montilla, su predecesor Pasqual Maragall y el secretario de Estado de Comunicación, Fernando Moraleda. En el arranque no había informativos —cuyo estreno se pospuso a septiembre—, pero sí un buen puñado de espacios de entretenimiento como Los irrepetibles, Planeta Finito o los más conocidos Sé lo que hicisteis la última semana y El Intermedio, que nacieron siendo semanales.
Con esta primera parrilla, salpimentada con los mundiales de fútbol y baloncesto, laSexta cerró el año 2006 con una audiencia media del 1,8 %. Estaba muy lejos todavía de La 2 (4,8 %) y de Cuatro (6,4 %), que tenía una implantación mucho mayor y se había labrado una imagen de cadena joven y urbana con House y El Hormiguero entre sus referentes. Ese año, Telecinco fue la cadena más vista (21,2 %), por delante de Antena 3 (19,4 %) y TVE 1 (18,3 %).
En sus primeros años, laSexta apostó por el entretenimiento y el deporte
En años sucesivos, laSexta mantuvo su apuesta por el entretenimiento y el deporte, acumulando derechos de emisión de competiciones deportivas como el baloncesto (la Copa del Mundo de 2006 y varios Eurobasket), la Liga de fútbol o la Fórmula 1. Además de resultar muy costoso, este modelo nunca logró fidelizar a una importante masa crítica de espectadores que conectaran con laSexta con independencia de que hubiera un evento deportivo o no y, sistemáticamente, la cadena quedaba por detrás de Cuatro en las audiencias.
El estallido de la crisis afectó de lleno a la televisión por el descenso de la facturación publicitaria y golpeó especialmente a Cuatro y a laSexta, tanto por las deudas acumuladas como por los problemas de sus grupos. Dada la situación de Prisa, Cuatro fue absorbida a finales de 2009 por Mediaset, el grupo propietario de Telecinco y participado por Berlusconi; si bien la integración no se hizo efectiva hasta el 1 de enero de 2011 por las cautelas de la Comisión Nacional de la Competencia. A partir de ese momento, la otrora innovadora Cuatro empezó a perder su identidad, agudizando su crisis de audiencia (8,2 % en 2009, 7 % en 2010 y 6,1 % en 2011).
En paralelo, laSexta inició un lento pero constante cambio de enfoque hacia la actualidad, con el asentamiento de El Intermedio y el éxito de Salvados, una serie de programas especiales dirigidos por el entonces humorista El Follonero, que arrancaron con la campaña de las elecciones generales de 2008. A estos programas se sumó, en 2011, Al Rojo Vivo, una tertulia conducida por el director de laSexta, Antonio García Ferreras. El debate nació con la idea de convertirse en El Gato al Agua (Intereconomía) de izquierdas en la extinta cadena de TDT laSexta 2 y, debido a su buena acogida, en septiembre dio el salto a la cadena principal.
Fusión con Antena 3 y consolidación de la programación política
Durante ese tiempo, también se estuvo gestando la fusión de laSexta con la otra gran televisión privada de nuestro país, Antena 3, que pertenece al Grupo Planeta y siempre se ha identificado más con el centroderecha. Finalmente, la fusión se concretó en verano de 2012 tras meses de gestiones y se hizo efectiva en octubre de ese año, dando origen al actual grupo Atresmedia, que también incluye las cadenas de TDT Neox y Nova y las radios Onda Cero y Europa FM.
De esta forma, el panorama televisivo soñado por Zapatero se confirmó como eso, un sueño. A pesar del surgimiento de nuevas cadenas y de la implantación de la TDT, en España volvía a haber y hay tres grandes operadores, los mismos que existían en 2004; con la agravante de que TVE no tiene publicidad desde 2010 y de que, en consecuencia, Mediaset y Atresmedia apenas dejan las migajas de la tarta publicitaria al resto de cadenas.
No obstante, tras la absorción de laSexta, Antena 3 no quiso repetir los errores de Telecinco con Cuatro y decidió no solo preservar la incipiente identidad «informativa» de laSexta, sino también potenciarla, aprovechando además la llegada del PP a La Moncloa y el enrarecido clima político. Así, mantuvo la apuesta por espacios como el antes mencionado Salvados o La Sexta Columna (enero de 2012), confió en el recién estrenado Más Vale Tarde (octubre de 2012), y lanzó La Sexta Noche (enero de 2013) o El Objetivo (junio de 2013).
Al contrario de lo que muchos temían y otros tantos deseaban, Atresmedia se resistió a redefinir la línea de su segunda cadena y moderar las críticas que, desde sus programas, se vertían contra las políticas del Gobierno popular. Algunos tildaron —y aún hoy tildan— de incoherente que el Grupo Planeta mantuviera una televisión de corte progresista y que a veces incluso coquetea con la «indignación»; pero la decisión ha sido un acierto desde el punto de vista puramente empresarial. Y, desde luego, encaja con la imagen que muchos han dibujado estos días del alma del Grupo Planeta, el recientemente fallecido José Manuel Lara Bosch, que aun siendo conservador, fue conciliador y siempre escuchó cualquier opinión.
Con una parrilla vertebrada en torno a la actualidad y el debate político, laSexta fue arañando décimas de audiencia a sus rivales y recuperando terreno frente a los nuevos canales de TDT, hasta el punto de que en 2013 logró superar por primera vez en su historia a Cuatro, con una audiencia media del 6,03% frente al 5,96% de su rival. El año pasado se mantuvo esta tendencia, algo a lo que contribuyó la situación política en general y, en muchos casos, el fenómeno Podemos y la presencia de Pablo Iglesias y compañía en distintos programas de la casa. Salvados (14,3 %) y El Intermedio (12,2 %) —más crítico que nunca con el PP— tuvieron las mayores audiencias de su historia. Y se produjo la consolidación de espacios como La Sexta Noche (10,5 %), Al Rojo Vivo (10,1 %), laSexta Noticias (9,9 %), La Sexta Columna (7,9 %) o Más Vale Tarde (6,7 %), que registraron también sus mejores datos históricos.
Gracias al éxito de estos programas, laSexta tuvo en 2014 una audiencia récord (7,2 %) y amplió su ventaja sobre Cuatro (6,7 %). Si bien Telecinco (14,5 % en 2014), Antena 3 (13,6 %) y TVE 1 (10 %) todavía tienen mejores datos, la cadena dirigida por García Ferreras ya las trata de tú a tú en muchas ocasiones. laSexta ha cambiado el panorama televisivo español, puesto que se ha consolidado como una alternativa para informarse y, sobre todo, como una voz progresista y crítica con el Gobierno popular. Esa ha sido, a la postre, la victoria de Zapatero, aunque no necesariamente del PSOE.
Estupenda crónica. Aunque creo que atribuirle triunfos a José Luis es excesivo, o al menos a su voluntad.
Cabría añadir que la concesión de las licencias por parte de Zapatero fue del todo irregular; por un lado concediendo una emisión analógica a La Sexta cuando la TDT estaba a punto de ser «parida» y por otro otorgando licencias digitales a dedo, sin sacarlas a concurso como estipulaba la ley. Esto acabó desencadenando el cierre de varias cadenas hace unos meses, propiciado además porque la frecuencia escogida en su día para la emisión TDT era la reservada para el 4G. Por que aquí, como siempre, se hacen las cosas deprisa y mal. El resultado ha sido el cierre de canales con sus respectivos despidos y los casi 300 millones de euros que ha tenido que desembolsar el estado para subvencionar el reajuste de antenas para liberar el espectro para el 4G. Pero oye, Roures y Polanco quedaron contentos que es lo importante.
La verdad es que el tema de la TDT en España ha sido un completo despropósito, tanto entonces (con las licencias sin concurso) como ahora (¿no había otra solución?). Y al final, siempre pagamos los mismos y a ver qué nos queda por pagar. El tema daría para uno o varios artículos…