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Si viajáramos a los tiempos de Julio César y escucháramos obligatio in solidum sabríamos que es el momento de apoquinar. Por aquel entonces, la expresión significaba que los individuos tenían la obligación de pagar las deudas de otros miembros de la familia. Los tíos eran responsables de las acciones de sus sobrinos, los miembros de un mismo grupo religioso pagaban las deudas de los demás, y las comunidades eran mutuamente responsables. Y con ello, nació el concepto de solidaridad.

Hoy en día, la forma en que entendemos la solidaridad se ha ampliado para incluir cualquier tipo de redistribución de recursos hacia los más necesitados. Simone Baglioni, profesor de Política en la Universidad de Glasgow Caledonian, ha pasado la mayor parte de su carrera investigando los caminos hacia la solidaridad transnacional e individual en periodos de crisis. Aprovechando su reciente visita a Madrid como parte del Festival Transeuropa, hablamos con él sobre solidaridad, Europa y el desempleo juvenil.

Acaba de participar en Transeuropa 2017, un festival transnacional artístico, cultural y político organizado anualmente por European Alternatives. El taller específico que coordinó fue sobre Solidaridad Transnacional. ¿Está la solidaridad en Europa bajo ataque?

Con el éxito de los partidos populistas, la crisis económica, el voto del Brexit o el auge del euroescepticismo, uno se preocupa que no solo la solidaridad entre los Estados miembros está en peligro, sino también la solidaridad a nivel individual. La idea del taller fue presentar algunos de los resultados de TransSOL, un proyecto de investigación transnacional dedicado a proporcionar conocimiento sistemático sobre la práctica de solidaridad europea durante la crisis.

Como parte del proyecto, hicimos una encuesta de hogares en ocho países en la que tratamos de comprender algunas dimensiones de la solidaridad. Para ello, pedimos a los encuestados que explicaran su participación en formas interpersonales de apoyo a otros, así como sus actitudes hacia tres categorías de personas: inmigrantes/refugiados, desempleados y discapacitados. En general, encontramos que una gran mayoría de los encuestados habían participado en actividades solidarias y que más de la mitad de las personas apoyaban los intentos de la Unión Europea por ayudar a los países a luchar contra la pobreza y promover el desarrollo.

Respondiendo a tu pregunta diría que la mayoría de las veces, el ataque a la solidaridad viene de instituciones políticas en lugar de individuos. Por ejemplo, los cambios recientes en el sistema judicial en Polonia y/o sus restricciones a la libertad de expresión, o el plan de Austria para construir una gran valla fronteriza para detener a los migrantes; todos estos son ejemplos de eventos que desafían la solidaridad desde las instituciones políticas.

Pero al final del día, ¿no dicen los políticos lo que los votantes quieren escuchar?

Bueno, nosotros votamos a los políticos, les pagamos y asumimos que son capaces de liderar, proporcionar una visión y promover nuevas políticas para mejorar el bienestar. Pero como bien dices, muy a menudo los políticos no se preocupan de seguir este camino de prosperidad y, en cambio, van a por el titular.

¿Encontrasteis algún resultado contradictorio?

Sí. Por ejemplo, a la pregunta de si la gente pensaba que, en general, era una buena idea permanecer en la Unión Europea, el 63 % de los encuestados polacos estaba de acuerdo con la declaración, pero solo el 6 % parecía apoyar la idea de promover la migración económica entre países.

O en Grecia, que siempre pensé (quizás ingenuamente) que era un país muy proeuropeo, descubrimos que casi el 50 % de las personas votaría por abandonar la UE. En mi opinión, la forma en que la UE manejó la deuda pública griega dejó un gran legado en su población y en la forma en que nos ven a «nosotros» (los otros países europeos) y la UE como un conjunto de instituciones.

El ataque a la solidaridad viene a menudo de las instituciones políticas en lugar de los individuos

¿Qué hay de la brecha generacional? ¿Somos los jóvenes más o menos solidarios que las generaciones mayores?

Uno de los capítulos del informe es sobre la solidaridad en el Reino Unido posterior a la crisis y descubrimos que había una brecha generacional bastante importante entre los encuestados. En general, los jóvenes estaban más abiertos a acoger a los refugiados y dispuestos a apoyar y permanecer dentro de la UE, mientras que los encuestados de más edad estaban menos abiertos a este tipo de solidaridad. Quizás esto no es nada sorprendente dados los resultados y el análisis del Brexit.

Además de la solidaridad a nivel individual, ¿cómo de fuerte es la cooperación y la solidaridad entre los gobiernos?

Aunque el proyecto TransSOL no incluye un análisis de solidaridad entre los estados miembros, esto es sin duda una parte crucial de la historia porque, obviamente, tiene un impacto en el discurso público, en cómo los medios lo informan, y en cómo los ciudadanos perciben la solidaridad entre los miembros de la UE.

En nuestra encuesta, encontramos que la mitad de la población está fuertemente a favor de la solidaridad, aproximadamente el 30 % está totalmente en contra de la cooperación y el 20 % es voto indeciso. Uno puede sacar algunas conclusiones de estos resultados. Primero, que todos debemos trabajar juntos para movilizar este 20 %, y segundo, que realmente debemos apreciar al 50 % de la población que ya es pro-europea y muy solidaria.

Lamentablemente, los medios de comunicación actuales se centran principalmente en ese 30 % y en los partidos políticos que prosperan en ese segmento de la población y que más captan la atención del público. El otro 50 % no llega a los titulares de los periódicos o incluso a la mente del político. Debo confesar que obtuvimos los datos de la encuesta justo antes de las elecciones francesas y se pronosticaba un apoyo mucho mayor para Le Pen. Estaba absolutamente aterrorizado.

A menudo se dice que hay dos tipos de predicciones: las de pura chiripa o las equivocadas. En este caso creo que tuvimos suerte y estábamos equivocados.

Sí, pero esto no significa que nuestros datos de Francia estén mal. Todavía hay mucho descontento y desafecto, pero afortunadamente esto no se tradujo lo suficientemente rápido en un apoyo para el partido de extrema derecha. Claramente, existe un malestar general que no puede pasar desapercibido y todos deberíamos, incluidos los Estados miembros, pensar cuidadosamente sobre la forma de resolverlo.

Una de las dimensiones de las que habló es la solidaridad con los desempleados. ¿Cuál es la tendencia aquí? ¿Es ese 30 % el principal obstáculo de la libre circulación de personas en la UE?

La realidad es que los empleos no están desapareciendo al ritmo que las personas hoy en día argumentan. Aún existen trabajos pero no están ubicados donde solían estar. Esta nueva «geografía del trabajo» requiere que las personas se vuelvan mucho más flexibles y móviles y que los políticos promuevan esta movilidad más firmemente.

Roma no se construyó en un día y la vida es demasiado corta para aprender alemán…

Sí, la barrera del idioma es sin duda un problema. Pero si nos fijamos en los números de movilidad transnacional en Europa, estos son en realidad muy pequeños. Obviamente, requiere varios recursos (el dominio del idioma es uno) y otros rasgos personales como, por ejemplo, tener la voluntad de explorar y asumir riesgos.

Los políticos deberían aprovechar este desajuste entre movilidad interregional y creación de empleo para proponer un instrumento de política que promueva la migración efectiva en Europa. Desafortunadamente, esto no se ha hecho. Si nos fijamos en las políticas implementadas hasta ahora para luchar contra el desempleo juvenil, normalmente encontramos proyectos para promover el emprendimiento y las empresas sociales. Estas no son soluciones adecuadas.  Por lo general, estas se traducen en el envío de personas a la precariedad absoluta pues solo una pequeña fracción de los empresarios logra tener éxito.

La idea de contratar a individuos en empresas cooperativas y sociales no es mala, pero ¿has mirado sus salarios y sus condiciones de trabajo? Junto con unos colegas, publiqué un artículo sobre las condiciones de trabajo en el sector de asistencia social en el Reino Unido. Descubrimos que a pesar de la creciente demanda de sus servicios en la próxima década, el sector está simultáneamente experimentando recortes significativos en el gasto, dando lugar a un entorno precario del mercado laboral, con salarios muy bajos, contratos de «cero horas» y oportunidades limitadas para la progresión profesional.

Promover el emprendimiento se traduce en el envío de personas a la precariedad absoluta

Hay un libro muy interesante de Enrico Moretti llamado The New Geography of Jobs, donde básicamente explica estos cambios masivos que están remodelando el mercado laboral de los Estados Unidos y cómo estos cambios están afectando a nuestras sociedades. La agrupación de puestos de trabajo, la disminución de la fabricación tradicional, los hubs tecnológicos… Un proceso muy parecido a lo que sucedió en Europa.

Tenemos las herramientas para movernos: vuelos baratos de Ryanair o Easyjet, Skype para hablar con familiares y amigos, buena infraestructura de transporte, etc. Estas deben usarse no solo para ir de vacaciones a las islas griegas o a Mallorca, sino de manera mucho más sistemática.

Por lo tanto, sí, la competencia lingüística y la educación son habilidades esenciales, pero si queremos luchar contra el desempleo juvenil también debemos promover la movilidad geográfica dentro y fuera de Europa.

Normalmente pido un mensaje para nuestros lectores, pero creo que sé lo que va a decir…

Hay que moverse, sí, pero también participar en actividades para ayudar a otros. Hay muchas oportunidades para hacerlo y para utilizar instrumentos como WhatsApp o Facebook no solo para socializar sino para cambiar las cosas.

Conéctese transnacionalmente, viaje, involúcrese. Siempre les digo a mis alumnos que se apasionen por algo, sea lo que sea: seguridad alimentaria, refugiados … ¡animales! La curiosidad y la pasión son dos ingredientes que te llevarán lejos en la vida.

 

Foto: “Refugiados” de MM/JRS.