Artistas: Ignacio Barahona, Carlos Ramírez Pantanella, Ciprian Burete, Clara Cebrián, Javier Cruz, Elena Feduchi, Victor G. Carreño, Aitor González, Fco. Javier Ruiz Montero y Daniel Schweitzer.
Comisarias: Alicia Sen, Cristina Herráiz y Mun-Jung Chan Park.
Fechas: del 19 al 21 de febrero de 2016
Horario: de 12:00 a 21:00
Lugar: Ciento y pico, Calle Velarde 14, Madrid
Comisariada por Alicia Sen, Cristina Herráiz y Mun-Jung Chan Park
La migración, en su infinito movimiento, rodea e impregna casi todos los aspectos de la sociedad contemporánea. Como se ha resaltado en varias ocasiones, el mundo moderno está en un estado de flujo y turbulencia. Es un sistema en el cual la circulación de personas, recursos e información sigue múltiples caminos.
Papastergiadis, The Turbulence of Migration
Del lat. migratio, -ōnis. 1. f. Viaje periódico de las aves, peces u otros animales migratorios. 2. f. Desplazamiento geográfico de individuos o grupos, generalmente por causas económicas o sociales. 3. f. Inform.Paso de los programas, archivos y datos de un sistema desde una determinada plataforma tecnológica a otra diferente. 4. f. Quím. Desplazamiento de una sustancia.
Migración, según la RAE
¿Qué significa para ti la palabra migración, tan presente hoy en nuestro mundo? Durante varios meses, los jóvenes artistas de La Colmena —el proyecto artístico de la plataforma cultural La Grieta— se han hecho la misma pregunta.
Estos diez artistas —seleccionados a través de una convocatoria para residentes en España y menores de 30 años— marcan un terreno común donde encontrarse y dialogar, sin dejar de evidenciar las múltiples significaciones posibles centradas siempre en el cambio como motor de la vida contemporánea.
Las migraciones no solo son grandes actos de cambio social, sino que se producen también en lo más pequeño; generan nuevas sensibilidades y marcos culturales desde donde entendernos e interpretar, enriqueciendo el léxico común y encontrando lugares nuevos. Desde las animaciones de loops infinitos que nos transportan a las lejanas galaxias de Clara Cebrián hasta la malla metálica fronteriza de Víctor G. Carreño, las significaciones son infinitas. Las obras de Carreño, sin embargo, encierran la contradictoria libertad de un cielo surcado por bandadas de pájaros, un tema que dialoga con las fotografías de Elena Feduchi y que acaba por desvelar un enjaulamiento que solo a veces adivinamos. Los dos artistas se preguntan dónde están los límites, dónde está la verdad. ¿Somos migrantes o migrados? ¿Es acaso posible esa libertad hacia la que pretendemos encaminarnos —si es que lo hacemos—? ¿Qué hay de la mezcla cultural como fruto de estas migraciones?
Javier Cruz nos muestra la posibilidad de destrazar el camino, desandar lo andado y cuestionar las migraciones interiores o históricas y todo lo que ocurre en el camino. Por otro lado, Ignacio Barahona esboza la migración con una simple línea cuyo recorrido es la síntesis del concepto mismo. La infinita variedad de los materiales y los formatos cuestionan también la migración entre los nuevos medios, estableciendo un diálogo entre la línea trazada y la pantalla o la copia fotográfica; medios superpuestos en un orden que, en principio, se rechazan entre sí y son llevados a los límites de sus posibilidades para ilustrar la trashumancia más tradicional, como nos propone Ciprian Burete.
Es precisamente este diálogo de medios el que también propone Francisco Javier Ruiz Montero. Mediante el cuestionamiento de la conciencia y lo aleatorio en la construcción de significado, Ruiz Montero establece nuevas conexiones entre formas y discursos. Es esa capacidad de re-significar la que propone asimismo Daniel Schweitzer; sus estructuras de acero poliédricas ofrecen una red de caminos infinitos mostrándonos las posibles y necesarias elecciones que determinarán nuestra libertad y formarán nuestras identidades, sistemas políticos y sociedades, todo inserto en un imbricado indisociable. Por otro lado, el arquitecto y artista Carlos Ramírez Pantanella apela al recuerdo colectivo con su Radiografía de un muro, y nos descubre esa memoria oculta e inadvertida que acumulan las arquitecturas en un recorrido paralelo a la vida humana.
Si entre tanto movimiento y cambio nos hemos perdido, la instalación Norte, Sur, Este y Oeste de Aitor González quizás ayude a ubicarnos. Además, con la obra Aquí todo irá bien González nos deja un mensaje de (aparente) tranquilidad, que inicia un diálogo casi lírico en el que los materiales nos arropan, mecen y sustentan, señalando el lugar del que vinimos y al que nos dirigimos en un gesto tranquilo, tanteando un equilibrio frágil pero esperanzador.
Entonces así fue: rectas, agudas,
palpitantes, pasaron
hacia dónde? Hacia el norte, hacia el oeste,
hacia la claridad,
hacía la estrella,
hacia el peñón de soledad y sal
donde el mar desbarata sus relojes.
Era un ángulo de aves
dirigidas
aquella latitud de hierro y nieve
que avanzaba
sin tregua
en su camino rectilíneo.
[Fragmento de Migración, de Pablo Neruda]