El reino perdido de Oscar Wilde
Pero los niños casi inmunes
siguen con sus juegos
de toboganes, arena y polvo que muda sin parar.
Y tú, poeta dormido, no puedes evitarlo.
Leer másPero los niños casi inmunes
siguen con sus juegos
de toboganes, arena y polvo que muda sin parar.
Y tú, poeta dormido, no puedes evitarlo.
Leer más